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Métodos: El Sustantivo en Español

Es toda palabra capaz de ejercer dentro de una oración las funciones de sujeto y complemento directo sin necesidad de otras palabras.

En su estructura interna está formado por un lexema que contiene el significado semántico de la palabra, y, a veces, como hemos mencionado en el apartado de "la palabra", contiene morfemas que expresan los accidentes del sustantivo (género, número...). Así un mismo lexema puede ejercer diversas funciones dentro de una oración. Estas funciones serán restringidas por los morfemas que acompañen a dicho lexema:
Hechizar será verbo por su desinencia -ar, como ella hechizaste, hechizará...;
Pero hechizos será nombre por sus morfemas de masculino y de plural. Como él serán hechicero, y todas las palabras de la misma familia formadas por derivación o composición.

El género.

Una de las características principales del sustantivo es el género. En español tenemos dos géneros: masculino y femenino.
El género viene marcado por la vocal final o para el masculino y a para el femenino en su mayoría. También viene marcado por la ausencia / presencia de a. Si no está presente es masculino, en caso contrario es femenino. Son los casos de doctor / doctora. Pero en estas reglas hay excepciones: mano, termina en o pero es femenino; pentagrama, termina en a pero es masculino.

También el femenino puede manifestarse con una modificación de la palabra, muchas veces se incrementa: tigre / tigresa.
Incluso puede existir una palabra completamente diferente para el masculino y el femenino, pero estas se refieren a sexos distintos. Caballo / yegua; oveja / carnero.
Existen las palabras invariables en cuanto al género, es decir, palabras que no cambian, aunque pueden ser masculinas o femeninas dependiendo del sexo. Sólo sabemos el género por la concordancia que debe existir entre el artículo, el sustantivo y el adjetivo, que viene marcada por el género y el número: El testigo / la testigo; el artista innovador / la artista innovadora.

En aquellas palabras que su terminación no expresa ni masculino ni femenino, es decir, no es ni o ni a, sólo podemos conocer el género de la palabra por las palabras que la acompañan en concordancia con ella. Muchas veces el artículo no basta, en los casos en que el sustantivo comienza por una vocal á tónica. El agua limpia, el águila calva... el adjetivo, en este caso es el que nos indica el género de la palabra.
Debemos diferenciar bien entre sexo y género. Mientras el sexo pertenece a la biología, el género es una cualidad de las palabras. Hoy día nos enfrentamos a un cambio en la forma de ver la lengua y la asociamos al sexo de las personas a las cuales aplicamos los sustantivos. Así han aparecido palabras en referencia a lo políticamente correcto: jueza, oficiala... Al entrar la mujer en los trabajos que antes ocupaba casi en exclusiva el hombre se han creado palabras que marcan la diferencia de sexo. Han creado el género femenino en palabras que antes carecían de él.
Tenemos casos en que el género alude a dos realidades distintas, pero que tienen una relación: manzano / manzana; o bien a una diferencia de tamaño entre dos tipos de una misma realidad: cubo / cuba.

En cierto tipo de sustantivos, el cambio de género conlleva a un cambio de significado de la palabra. Palabras como el cólera: enfermedad / la cólera: ira, enfado; el pez: animal / la pez: sustancia pegajosa usada para impermeabilizar los barcos...
Recordemos que en español el masculino se utiliza para designar a un grupo en el que hay ambos géneros mezclados. Cuando decimos los hombres nos podemos referir al conjunto de hombres y mujeres o sólo a un grupo específico de hombres. El masculino es el término no marcado y tiene más extensión, mientras que el femenino que tiene más intensión es el término marcado. Sólo puede referirse a grupos de este género. Si usamos la secuencia las mujeres del planeta... nunca incluirá al grupo de hombres.

El número.

Otro de los accidentes a los que está sujeto el sustantivo es al número. En español son singular, cuando se refiere a un elemento de un grupo y plural, cuando se refiere a todo un grupo de elementos iguales.

La marca distintiva es la ausencia o presencia de /s/ /es/. Su presencia es la marca de plural. El perro / los perros; el matiz / los matices. Pero hay algunas ocasiones en que no sigue esta norma. Los casos en que tenemos un sustantivo que termina en -s y va precedido de una vocal átona. En este caso el hecho diferenciador es la concordancia entre el sustantivo y el artículo: la crisis / las crisis.
La regla nos dice que debemos añadir una -s a las palabras que terminan en vocal; pero en los casos en que esta vocal es tónica hay fluctuaciones. Tenemos ejemplos en los cuales están las dos formas: café / cafés; y jabalí / jabalíes (aunque podemos escuchar jabalís).
Los sustantivos que terminan en vocal + -y /-i/ palatalizan esta última, haciendo una consonante palatal. Ley / leyes. Pero se oyen palabras como guirigay / guirigáis.
También puede suceder que haya un dislocamiento acentual. Casos como carácter / caracteres. Esta última se transforma en una palabra llana.
En los cultismos debemos mantener la forma culta de la palabra tanto en singular como en el plural. Currículum / curricula.

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